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Prologo: Noche sangrienta.

"! No, por favor tenga piedad ¡..."


Su voz se paro en seco, la hoja había atravesado completamente la garganta, lentamente, como si de un delicado cristal se tratase , la retiro.

En silencio, contemplo su obra:

Un hombre de mediana edad yacía en el suelo, la marca de su cuello mostraba el clásico torrente carmesí que empezaba a derramarse y a formar un charco.

Owl no se inmuto ni sintió pena por la vida que acababa de cegar, así eran las cosas, se inclino para examinar mejor la herida, en efecto, el corte había sido limpio, lentamente , desanudo su bufanda para mostrar su boca.

"Sediento"

Entonces dirigió su atención hacia el charco, agachándose aun mas, comenzó a lamer.

Cada probada que daba le recordaba algo: vidas cegadas, espantosas torturas, una larga y lenta venganza, el placer de matar, pero sobretodo, el vació y la soledad que paso durante mucho tiempo.

Satisfecho, se levanto acomodando su mascara, miro al cielo, la noche aun era joven, pero ya había terminado su ronda, debía regresar al lugar habitual para empezar su asignación.

Una gélida brisa lo golpeo, sin inmutarse, abotono su abrigo y salto hacia la pared: no le hacia falta caminar, pero mientras escalaba, no pudo evitar recordar los tiempos, en los que el, estaba vivo.

Capitulo Uno: Vida. 

Cuatro décadas antes...

La suave brisa golpeo el rostro de Azrael, este no se inmuto, el invierno se aproximaba y con el la temporada de exámenes, aunque la verdad, eso no le preocupaba, sus altas notas hablaban por el, pero aun así, se sentía algo desmotivado.

Recordó las fotos de fin de curso, en ninguna se le había visto sonreír y a decir verdad, el tampoco recordaba a pesar de su excelente memoria.

Otra brisa, esta mas gélida que la anterior, lo tomo por sorpresa, tiritando, abrocho los botones de su saco, mientras lo hacia pensó.

"¿Hay alguna razón por la que exista?"

Recordó muchos de los libros que leía, en todos ellos, nunca vio a nadie como el, retraído, solitario, distante, sabia que cuando una persona no encajaba en la sociedad, esta no valía nada.

"No soy el protagonista de ninguno de esos libros y mucho menos de una novela, pero si fuera uno, definitivamente seria una tragedia"

Mientras pensaba eso, miro su reloj, las seis en punto: era hora de regresar.

Caminando tranquilamente, al cabo de dos minutos distinguió una vaga forma aparecer a la distancia: El Internado, una construcción de estilo gótico del siglo quince, actualmente un internado creado por orden del Politburo, era un lugar cómodo,a excepción del director: un hombre grueso e inflexible, que según los maestros, había estado en Stalingrado.

Eso le tenia sin cuidado, en tanto que respetara las reglas y tuviera su excelente promedio no tendría ningún problema.

Una vez adentro, camino por el largo pasillo en dirección a su cuarto, no tenia hambre y tampoco le apetecía convivir con los que cada día trataban de fastidiarlo, no iba a darles mas incentivos, después de todo, prefería la soledad con los libros que la cercanía de un grupo de idiotas.

Con esos pensamientos en mente, no se fijo en el grupo que venia en la dirección opuesta.

"Miren a quien nos encontramos"

Azrael ni se molesto en mirarlos: gente así no merecía su atención.

"Estas mas callado que de costumbre,¿te ocurre algo?"

Sin decir una palabra, Azrael dio media vuelta y siguió caminando, detrás de el, escucho los pasos de todo el grupo, podía escuchar sus voces susurrándole, distinguía con vaguedad lo que le decían, lo mismo de siempre: "Raro", "Fenómeno","Callado".

Honestamente le importaba muy poco lo que le decían, hubo una época donde eso lo lastimaba, donde tuvo que recurrir a la soledad, recordaba con amargura lo frágil y inocente que había sido, pero eso era el pasado y seguiría siéndolo.

Al fin en la privacidad de su cuarto, cerro con seguro, si había algo que detestaba era que lo interrumpieran cuando leía, que era lo que se proponía hacer, porque eso lo relajaba y le despejaba la mente.


[1]

Azrael como estudiante.

Aun así se sentía intranquilo, no era la primera vez que lo perseguían así y sospechaba que no seria la ultima, tenia el ligero presentimiento de que algo le pasaría.

Capitulo Dos: Complicacion. Editar sección

Azrael abrió lentamente sus ojos: aun era de noche.

Se sentó en su cama apoyando los pies en el piso, le gustaban esos momentos, nada ni nadie molestándolo, desde su posición actual miraba la luna a través de la ventana, inmutable e inalcanzable, Azrael no sabia que hacer: no tenia ganas de dormir y tampoco le apetecía leer.

"Supongo que no me hará mal salir a tomar un poco de aire fresco"

Se levanto y se dirigió a su armario para cambiarse,tiempo después con las manos en los bolsillos, salio a la calle.

El helado viento del Invierno le dio la bienvenida, no se molesto en abrigarse: no le importaba, siguió caminando, a medida que avanzaba se fue fijando en su alrededor, se pregunto cuando había sido la ultima vez que había visto y admirado los edificios, nunca, nunca se había fijado, nunca había puesto atención, una vez mas volvió a la pregunta anterior.

"¿Por que estoy aquí?"

Se preguntaba si alguna vez se había sentido importante, no podía responder eso, trato de imaginarse en otra vida, con amigos, algo mas normal y con...familia.

Azrael se detuvo, era doloroso, nunca había sabido algo sobre el mismo, había crecido con un trauma insuperable: ni siquiera sabia la fecha de su nacimiento, había crecido apartado de los demás, marginado, repudiado, eso lo convirtió en lo que era ahora: la sombra de un humano, un lobo solitario o tal vez peor: un muerto en vida.

Como si eso hubiera sido su culpa, no lo era, solo debía seguir adelante como había estado haciendo desde siempre, vivir con la cabeza agachada, era preferible que lastimar a los demás, eso era lo que le habían dicho desde siempre.

El camino continuaba debajo de un puente, Azrael se detuvo meditando si cruzarlo o dar media vuelta, se decidió por lo primero y avanzo.

"Solo debo seguir adelante"

Ya comenzaba a entrar, la penumbra del lugar lo cubrió por completo.

"Es malo lastimar a las personas, aun si te han lastimado primero"

Cruzaba con una calma admirable.

"Eso solo te volverá peor que ellos"

Ya comenzaba a vislumbrar la salida.

"Si todos comprendieran eso, este mundo seria un mejor lugar"

Entonces grito de dolor, el cuchillo se había clavado en su costado, se cayo mientras veía la filosa hoja salir de su cuerpo totalmente ensangrentada, la mano que la sostenía estaba cubierta por un guante, detrás , el portador se mostraba silencioso en la penumbra con intenciones completamente claras.

"¿Por..que.?"

Capitulo Tres: La Muerte.

Azrael trato de incorporarse, pero el dolor en su costado no se lo permitía, por primera vez en su vida estaba aterrado, si, sentía como el miedo se apoderaba de el , pero mas el sentimiento de impotencia, no podía hacer nada.

"¿Por..que.?"

El portador del arma, ajeno a sus pensamientos se acerco, cuando estuvo lo suficientemente cerca, descargo una cuchillada hacia el pecho de Azrael.

El solo vio el inmenso corte y la mancha de sangre expandiéndose por su camisa.

El hombre del cuchillo se acerco nuevamente con la intención de matarlo.

"!Detente¡"

Dos nuevas figuras aparecieron detrás, Azrael distinguió una chaqueta conocida,entonces cayo en cuenta.

"¿Como pude ser tan estúpido?"

Los otros tres eran estudiantes, de su mismo instituto.

Trato de arrastrarse lejos de ahí, pero uno de ellos al notarlo lo pateo.

"¿Adonde crees que vas imbécil?"

Azrael no sabia que hacer, solo contemplo como el que había detenido al del cuchillo se le acercaba, cuando estuvo mas cerca se inclino.

Azrael reconoció ese rostro, pero no recordaba su nombre, era el cabecilla de los que siempre trataban de molestar.

"¿Sabes quien soy verdad?"

Azrael negó con la cabeza.

"Gente..que es..co.mo..tu.,.no.me..im..porta."

"Respuesta equivocada"

Otro cuchillo se clavo en su espalda, afortunadamente no en un punto vital, pero eso también tenia alternativas peores.

"Levantenlo"

Sus dos cohortes hicieron lo que pedía, Azrael quedo frente a su rival completamente vulnerable, notaba la creciente perdida de sangre que sufría y estaba consciente de que en el mejor de los casos, no saldría librado de esta.

"Tomatelo como algo personal si quieres, pero no puedo permitir que un huérfano como tu me gane la única plaza que queda, en especial si es quien me supera"

Azrael se dio cuenta de que sostenía algo en su mano derecha.

"¿Un calentador?"

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando lo derribaron.

Antes de que pudiera levantarse, una cuchillada se encargo de que no lo hiciera, siguió otro y otro, una lluvia de cortes le caía encima sin poder hacer algo por evitarlo.

"¿Por que a mi?"

Pararon, Azrael intuyo que no le sucedería nada mejor, si es que había algo peor, el otro estaba frente a el con el calentador en sus manos, la pieza de acero se deslizaba entre ellas.

"La verdad es que siempre te he tenido envidia, nada de lo que te hicimos por mucho tiempo te afecto demasiado, siempre te levantabas y seguías adelante"

Hizo una pausa y se acerco mas, la mirada que tenia irradiaba algo mas , no era algo común.

"Sabes , siempre me he preguntado , ¿ los que son inadaptados en la vida, lo serán también en la muerte? , se que nuestro querido sistema nos dice que no existe tal cosa como esa pero siempre he tenido curiosidad acerca de eso "

Se acerco aun mas.

"Es por eso que debes irte, porque quiero, hacer lo que uno quiera, es la obligación de los mas fuertes"

Levanto el calentador y lo clavo en la cara de Azrael.

"Duele"

La vara de acero perforo su ojo izquierdo completamente, esta vez Azrael grito de dolor, no pudo aguantar mientras se caía.

En el suelo, vio el charco carmesí debajo de el, los torrentes de sangre brotando de sus brazos y pecho y ahora de su ojo.

"Vamonos, no le queda mucho de vida"

Azrael no se molesto en mirarlos, estaba concentrado viendo su vida pasar por su mente, tanto tiempo sin aceptarlo, siempre había estado solo.

"¿Por que a mi?"

Demasiado tarde, sentía como la vida se le escapaba de las manos, sabia que no tardaría mucho en morir.

"Toda mi vida me ha llevado a esto, si esta es la vida, en verdad me alegro de que termine, espero que la muerte sea mas placentera, por otro lado, en verdad desearía que me hubiesen...dejado..solo"

Su corazón se detuvo, en la penumbra de esa noche, la luna, siempre inmutable, quedo velando por su cuerpo.

Capitulo Cuatro: El Vació.

"¿Que ha pasado?"

Azrael abrió lentamente los ojos, estaba, ¿en el Internado?.

"¿Fue todo una pesadilla?"

Sin poder entenderlo, avanzo por el cuarto, siguió caminando hasta salir del edificio, aun era de noche, Azrael se detuvo para mirar el cielo, cuando bajo la cabeza, se sobresalto.

Se encontraba nuevamente bajo el puente, ¿como había llegado?,¿se trataba de otra pesadilla?.

Escucho pasos detrás de el, luego una risa apagada, alguien mas estaba ahí, no quera voltear pero tuvo que hacerlo.

Se vio, era el, una versión mas joven de el, en su mirada se podía notar la inocencia que lleva cualquiera a esa edad, no pudo evitar sonreír.

Su otra versión le respondió, pero había algo en esa sonrisa que lo incomodo, lo que irradiaba era mas malicia, algo perturbador para alguien de tan tierna edad.

Su otro yo avanzo, sin dejar de sonreír, extrajo algo de su bolsillo.

Azrael se aterro al verlo: el calentador, esa varilla de hierro era exactamente la misma, que en su pesadilla, le había perforado el globo ocular izquierdo.

"¿Que esta pasando?"

"Das pena Azrael"

Se sobresalto al escuchar la voz del otro, era fría, desprovista de emoción, desprovista de vida, definitivamente una voz que el nunca había tenido, aterrado, comenzó a retroceder.

"¿De verdad me tienes miedo?"

Su otro yo avanzo, esbozando una macabra sonrisa.

"No puedes huir hermanito, te quedaras aquí por siempre, por siempre"

Un liquido rojo se expandía por el suelo, impregnándolo con su color.

"¿Porque?"

"¿De verdad no te has dado cuenta verdad?"

Se acerco hasta estar frente a el, sin aviso, lo golpeo.

Azrael trato de levantarse, pero no podía, solo sentía un terrible dolor en la espalda, entonces se altero, su columna vertebral estaba rota, eso significaba que moriría pronto.

"Ni se te ocurra pensar en eso"

Su antigua versión joven, comenzó a cambiar, su cuerpo se estiro hasta llegar a su altura, su piel se volvió completamente pálida, el pelo creció y un mechón cubrió su ojo izquierdo.

"¿Que eres?"

"Tu"

Su horripilante alter ego sonrió, una ventisca paso de la nada y levanto el mechón de pelo exponiendo el ojo oculto.

Azrael no pudo reprimir un grito de terror.

El lugar del globo ocular lo ocupaba una cuenca vacía y oscura, un liquido carmesí se derramo por ella: sangre, de ese espantoso agujero, en su fondo emergió una luz roja, que se transformo en una iris del mismo color.

"¿Que te pasa?"- dijo la aparición-"Ahh, lo entiendo, tu también quieres uno".

Azrael trato de moverse desesperado, no,podía, era demasiado doloroso.

El otro se acerco con la varilla en la mano y se dispuso a clavarla en el ojo izquierdo.

"Vamos, no te resistas, te veras bien"

Por mucho que tratara de evadirlo, era inevitable.

La varilla se encontraba a escasos centímetros de su cara, entonces tomo impulso y descendió...

El grito de agobia fue inmenso, lentamente su eco se fue apagando.

"¿Por que a mi?"

Azrael estaba acurrucado en una esquina, un trozo de cristal azogado estaba frente a el, miro con asco su cuenca vacía y luego con terror, la iris roja que apareció en ella


[2]

Azrael obteniendo el ojo negro.

Sintió una mano en el hombro, era el otro.

"Vamos, que esto es solo el inicio"

Capitulo Cinco: Renacimiento.

Un grito rompió el silencio.

"Puedes tomar un descanso"

Azrael se quedo nuevamente solo, inmóvil, contemplo el cielo, no recordaba la ultima vez que había visto el sol, desde esa noche, nada había vuelto a la normalidad.

Respiro con dificultad, el dolor cocía sus adentros sin poder hacer algo por evitarlo.

Era horrible.

Lo único que tienen de esperanza los que son torturados, es que algún ida, su suplicio se terminara, pero por desgracia, en su caso, no había ninguna.

Estaba muerto.

Tal cosa como el Cielo, el Infierno o incluso el Purgatorio no existían, al menos para el.

"¿Que hice para merecer esto?"

Miro su reflejo en aquel cristal, no podía soportarlo, aun así siguió viéndolo, su ojos izquierdo, aquella cuenca oscura de la que emanaba un circulo del mismo color de la sangre.

Eso era su marca, lo que lo ataba ahí, tomo un trozo del cristal haciéndose un corte , no le importo, después de lo pasado no le dolían las cosas simples.

Sin pensarlo mucho clavo el trozo en su pecho.

Reprimió el grito, era inútil.

"Ha terminado tu descanso"

Azrael se levanto y se dirigió al lugar indicado, a simple vista parecía un trono, de hecho lo era.

Una majestuosa silla hecha de ébano que en otros tiempos sirvió cono respaldo y lugar de reposo para algún noble o incluso un rey.

"Siéntate"

La vara de acero comienzo a cambiar de forma, se deslizo por el brazo de su portador hasta llegar al otro, ahi se retorció formando unas tijeras.

"Has sido muy desobediente, debes de ser educado"

La tijera comenzó a descender, lentamente corto, y corto y corto.

Pedazos de piel ensangrentada caían al suelo, Azrael ya había dejado de gritar hace mucho tiempo.

¿Mucho tiempo?,¿cuanto?,¿Que hacia ahí?.

Todas esas preguntas rondaban por su mente, ya había pasado un tiempo desde que preguntaba,¿por que?.

Ahora era,"¿cuanto?".

Ese "¿Por que ?", se había desvanecido, ahora no podía recordarlo, ni siquiera el contacto de  las filosas cuchillas que rasgaban su piel podían hacer que recordase.

"¿Cuanto tiempo?"

El chasquido de las hojas de las tijeras es lo único que recibió como respuesta.

"¿Cuanto?"

Esa soledad, imposible de ahogar, ella era lo que lo ahogaba, lo que lo arrastraba a ese abismo sin fondo, donde había permitido que lo matasen, torturase.

"¿Cuanto?"

¿Cuando iba a parar este tormento?, el daría lo que fuera, lo que fuera, lo que fuera.

¿Que mas le quedaba?, no podía morir,tampoco se le podía llamar a eso vida, prefería morir, de una vez y definitivamente que tener que regresar una y otra vez para cumplir ese suplicio inacabable, prefería desaparecer para siempre que tener que vivir para ver ese horrible orbe negro que ocupaba el lugar de su globo ocular izquierdo, cuya mirada le hacia recordar los inmensos dolores que pasaba.

Solo quería que esa existencia terminase.

Entonces, finalmente, algo dentro de el salio, era algo tentador, escurridizo e imponente a la vez: maldad.

"¿Por...que..a..MI?"

Sus ataduras se rompieron y salto hacia su torturador derribandolo.

"Yo...soy..libre"

Su otro yo estaba sorprendido y complacido al mismo tiempo.

"Ya veo, encontraste dentro de ti tu verdadera esencia, eso agilizara mis.."

Azrael salto de nuevo y lo golpeo, era la primera vez que lo hacia, le gusto.

El otro estaba enojado.

"Niño engreído"

Las tijeras mutaron hasta volverse una cuchilla gigantesca.

"Te enseñare modales"

Azrael sonrió, esta vez, no seria el quien sufriera.

Se levanto tranquilamente y camino hacia su oponente.

"¿Deseas Morir imbécil?"

Algo voló y se clavo en el hombro de Azrael, este se levanto, su mirada no se parecía a la de el anterior, ahora sus dos ojos estaban totalmente abiertos y inyectados en sangre, lucia mas pálido de lo usual, entonces la comisura de su boca se movió.

"Eso seria genial"

Su sonrisa era el mismo cielo y el infierno, mostraba a la vez una inocencia pecadora y una maldad piadosa.

Retiro la cuchilla de su hombro sin esfuerzo alguno.

"¿Que demonios?"

Azrael avanzo con la cuchilla en mano, la sonrisa no se había borrado de su rostro y esos heterocromaticos ojos le conferían un aspecto aterrador.

El otro, que no era mas que un demonio que cambiaba  de forma recordó las palabras del maestro.

"Sabras cuando sea verdaderamente un autentico Inhumano, pero no debes olvidar de que clase es, solo en ese momento,lo veras, como el que consumirá con todo, el que cumplirá lo que deseamos, nuestro bendito vengador, nuestro Ángel de la Muerte"

Aquel chico...

No iba dejar que lo tuviera tan fácil...

Aun desarmado corrió a su encuentro confiando en arrebatarle el arma.

Sintió un terrible dolor en su costado, vio la hoja de su cuchilla salir de su vientre mientras el que la portaba no dejaba de sonreír.

Azrael había cortado por primera vez.

Le gusto.

El otro trato de incorporarse, pero el filo se lo impido.

Verdaderamente...

Era el.

Había Nacido.

Una sonrisa apareció en la boca de la entidad, maldito era el día, maldita era la noche en la que murió, maldita en la que nació, un monstruo, no, un inhumano.

Un descendiente de aquellos que causaron El Gran Genocidio, que sobrevivieron a el y se han mantenido en las sombras por milenios.

Y no uno cualquiera...

Una lluvia de cortes cayo sobre el ente, no podía para, no iba a parar.

Azrael se detuvo.

"¿Que he hecho?"

Una ventisca lo golpeo, hacia frió.

Trato de mirar hacia el cielo, pero todo estaba siendo cubierto por las tinieblas.

"Esta..oscuro"

Sintió algo resbalar por su mejilla izquierda: una lagrima, la ultima que soltaría, pero no era transparente, tampoco roja, era negra.

Ahora todo lo que le rodeaba era negro.

Estaba atrapado por ese color.

Aun no podía entender la sensación de haber acabado con su torturador, ¿era real?.

Ese sentimiento, ¿era placer?, ¿no le habían mostrado que eso no estaba bien?, ¿quien podía decidir quien moría o vivía?.

"Esto esta mal.."

"Eso es lo que tu crees"

Azrael volteo,¿que le había hablado?

"Fue interesante tu reacción"

Dos enormes ojos rojos se clavaron en el.

"No puedo esperar para iniciar tu proceso"

¿De que estaba hablando?, no entendía nada.

"No hace falta que lo entiendas ahora, lo podas ver con el paso del tiempo"

¿Y que era lo que le iba a hacer?, estaba atrapado en el Vació.

"No por mucho"

"'¿Que?",- Pensó Azrael.

Una garra atravezo su  pecho.

De la herida comenzó a brotar un liquido negro, casi al mismo tiempo, su ojo izquierdo comenzó a arder,mientras que con una mano trataba de contener ese dolor, el liquido comenzó a extenderse por su cuerpo.

Un sonido como de un cristal rompiéndose le sobresalto, sintió como algo se despegaba de el y se caía: Su piel.

Comenzaba a grietarse y romperse como si se tratara de delicada porcelana.

"¿Que me esta pasando?"

El liquido negro burbujeaba mientras se escurría entre las grietas de su piel que ya comenzaba a parecer un mosaico.

Sitio las mismas grietas extendiéndose por su rostro, luego unas heridas mas profundas,comenzaron a extenderse en dirección a su ojo izquierdo.

"Es perfecto, incluso en ese estado eres capaz de soportar un nivel extremo de oscuridad, me pregunto que pasara si agrego mas de lo debido"

Una especie de cable negro se desprendió del cuerpo del ente, levitando, se acerco a Azrael.

Al mismo tiempo, el liquido negro había llegado hasta su rostro y empezaba a derramarse en la grietas que había en el.

Aquella cosa ardía, no parecía cualquiera que había visto.

Entonces sintió un calor cerca de su cuenca.

"Eso no por favor"

El liquido empezó a derramarse por la cuenca vacía.

El dolor producido por aquella sensación de tener esa cosa en su interior era peor que las torturas sufridas por años.

Pero cuando ceso, el cable negro atravezo la misma cuenca.

La sensación anterior ahora era preferible.

"Esta listo, que pena que eres un incompleto, aun te falta mucho por avanzar, pero por otro lado, en verdad, disfruta de esta oportunidad, eres ahora un ser casi perfecto, superior a esos primates conocidos como humanos, pero por el momento, debes conformarte con sus vidas, ya no te debería importar lo que les hagas, después de todo, tal vez, ahora ellos, debieron haberte dejado solo"

Aquello fue lo ultimo que Azrael escucho...

Capitulo Seis: Sed Eterna.

Lo primero que sintió fue un frió, un frió que recordaba desde hace tiempo, era completamente familiar.

"¿Que me sucedió?"

El mismo lugar donde había visto como acabaron con su vida.

Se vio a si mismo:

Su piel era horriblemente pálida, no, no solo eso, también tenia un tono apagado, sin llegar al gris, también estaba pegada a los huesos como una envoltura de plástico.

No había comido nada desde hace mucho tiempo.

Tiritando, avanzo.

Las calles lucían desoladas, pero no se extraño por eso, tampoco lo hizo al ver que los estandartes con la hoz y el martillo ya no estaban.

Era lógico que muchas cosas hubieran cambiado en tanto tiempo.

¿Cuanto había sido?

"Treinta, treinta años"

Cerca de tres décadas de su muerte, tres décadas de dolor eterno.

Pero ahora estaba libre, pero que era esa extraña sensación que recorría su cabeza y le hinchaba la lengua, entonces la recordó.

Sed.

Sin poder entenderlo siguió avanzando, cuando paso a al lado de un escaparate volteo, miro su rostro apagado y sus heterocromaticos ojos, el globo ocular izquierdo seguía del mismo color del carbón a excepción de la iris carmesí.

Debía cubrir eso, era necesario.

La sensación de sed no se había calmado, de hecho, aumentaba con cada paso que daba, el frió tampoco era muy clemente y le hacia pagar caro la osadía de haber salido sin algo para protegerse de el, sus ropas se habían vuelto harapos que milagrosamente, aun no se habían descosido.

Abrió una puerta con la intención de refugiarse en esa casa y conseguir algo para mantenerse caliente o al menos para apagar la sed.

"¡CÁLLATE!"

El grito lo paralizo y se quedo en su lugar oculto por las penumbras, confiando en la pobre iluminación del lugar.

"Si tu no estuvieras todo el tiempo borracho, tendríamos una mejor vida"

La conversación era bastante agresiva, pero eso a Azrael no le importaba en lo absoluto, solo quería encontrar una manera de calmar el aguijón de la sed.

Un golpe seco se escucho, Azrael se quedo tenso en su escondite adivinando lo que había sucedido.

Escucho unos pasos cerca de el lugar donde se ocultaba, los pasos siguieron de largo y después de un tiempo, escucho el abrir y cerrar de una puerta, después de eso, silencio puro.

Fue interrumpido por unos sollozos, la mujer golpeada estaba llorando, algo cayo a un metro de el lugar donde estaba oculto, no pudiéndolo resistir , lo agarro.

Era un pañuelo triangular de terciopelo negro, mientras lo tocaba, noto una sustancia húmeda en uno de los bordes, la acerco a su nariz: sangre.

Ese olor penetro por su olfato hasta alcanzar su cerebro,sintió algo en su piel, algo estaba cambiando en su cuerpo.

Sin poder contenerse, lo lamió.

El sabor era hipnótico, necesitaba mas, quería mas, iba a conseguir mas.

Sintió un leve ardor en su ojo izquierdo, pero este se calmo al poco rato, algo le corto dentro de su boca: colmillos retráctiles.

La mujer seguía sumida en sus pensamientos hasta que noto algo mirándola, se volteo para ver una figura salir de las sombras.

Un joven vestido con una ropa negra que había conocido tiempos mejores y que parecía estar clamando que la tiraran a la basura.

Había algo increíblemente erróneo en aquel joven.

El pelo ocultaba su cara y esta estaba inclinada.

Entonces la elevo...

Era algo hermoso y terrible al mismo tiempo, rasgos faciales definidos, una boca perfecta en la que relucían unos brillantes colmillos, la iris color rubí de sus ojos, pero aquel hueco negro en el que surgía una, eso era algo, incompleto...

Azrael solo miraba el cuello de la mujer, lo ansiaba tanto, sonrió y avanzo.

Entonces tomo impulso y se abalanzo, la mujer trato de gritar, pero una mordida en su boca se lo impidió, la sangre comenzó a empapar la alfombra y a salpicar el lugar mientras el cuerpo del que provenía estaba siendo descuartizado.

El grito había despertado los sentidos se Aurel, si bien estaba borracho como una cuba, la sensación de estar en peligro lo inquietaba.

Tomo el antiguo rifle soviético que colgaba de la pared y avanzo por el pasillo.

Un sonido de algo siendo masticado, y desgarrado le heló la sangre.

¿Que era lo que había en la sala?

Entonces, sigilosamente se asomo.

Vio el cuerpo de su mujer abierto, como si le hubieran hecho una autopsia, litros y litros de sangre se derramaban de el, órganos y partes de ellos se hallaban desperdigados por todo el suelo, pero algo que había frente al cuerpo, viéndolo desde atrás, fue lo que llamo mejor su atención.

Estaba inclinado, cubierto con harapos del color del ala de un cuervo, la piel, de lo poco que alcanzaba a ver de ella, era de un tono grisáceo, como la nieve sucia, el pelo, una melena azabache que le caía por detrás se movía inquieto por los movimientos que hacia su portador mientras mordía un trozo de carne.

Movimientos que cesaron de repente.

La figura se volteo en dirección suya, su boca ensangrentada estaba armada de filosos dientes que parecían navajas, sus ojos parecían dos luceros rojos que contrastaban en el fondo: uno negro y otro blanco.

"Ha-m-bre"

Azrael había percibido algo, lo sentía, había algo cerca, había comida cerca.

De repente sintió como la sensación se apoderaba de nuevo de el, ansiaba matar, ansiaba comer.

Se volteo descubriendo al hombre que ahora  apuntaba un rifle soviético contra el.

Se movió a una velocidad mayor a la normal y sintió un tirón en su interior, entonces vio como el cuerpo de el hombre, era cortado a distancia...

Cayo frente a los restos, se llevo el primer trozo que encontró a la boca

Se lo llevo a la boca.

El tenía hambre, demasiada y no iba a parar hasta satisfacerla, pero, ¿cuándo parar?,¿y si mejor…no lo hiciese nunca?”

La sangre escurría de su boca, la carne era masticada hasta volverse una pulpa irreconocible para ser tragada, los órganos eran un aperitivo.

Una sensación vibro desde lo más profundo de su ser, era completamente distinta, era algo muy nuevo, una necesidad feroz de consumir.

A todos, a todos y cada uno de ellos, demostrar ser fuerte, ganar un lugar, matar, segar, matar, segar… Una sensación de parálisis.

"¿Que acabo de hacer?"

Miro los restos del hombre al que acababa de matar y después a los restos de la mujer que yacían por toda la sala.

"¿Que me he vuelto?"

Se miro a si mismo cubierto de sangre, las ropas negras que tenia ahora eran carmesí.

Había tenido un hambre terrible, era un dolor que no se iba.

"¿Que soy?"

Entonces un sonido molesto entro en sus oídos, uno que nunca había escuchado antes.

Aquel sonido taladraba sus oídos, lo odiaba, iba a pararlo.

Se dirigió hacia la fuente del ruido, un cuarto decorado de un color infantil: la habitación de un infante.

El sonido provenía de un lugar apartado, un mueble que Azrael no recordaba haber visto en su vida, era como una jaula de con barrotes de madera, cubierta con un vela de colores muy infantiles.

"¿Que es eso?"

Se sobresalto al escuchar su voz, no se parecía en nada a la que el tenia hace treinta años, era apagada, monotoma, vacía, desprovista en lo absoluto de vida.

Al oír su voz, los chillidos aumentaron de intensidad.

Azrael se asomo y miro hacia abajo.

Una pequeña masa de carne envuelta en un pañal lo miraba: un bebe.

Azrael estaba perplejo,no sabia que hacer, en su mente no hacia mas que pensar como es que tenia la osadía de mirar a ese niño a los ojos después de haber matado y devorado a sus padres.

"Deja de llorar..por favor"

Escucho un chasquido a sus espaldas y se volteo rápidamente.

Detrás de el había un adolescente de la misma edad que el tenia, biologicamente hablando, reconoció el uniforme que llevaba, el mismo internado en el que el había estado y también el arma con la que lo apuntaba.

"Monstruo..mataste a mis..padres...y ahora vienes por mi hermanito.."-,trago saliva mientras las lagrimas resbalan por su cara,-"¡Te matare!"

"Yo..yo.."

"¡CÁLLATE!"

>Una detonación se escucho.

Azrael sintió un objeto perforando su vientre...

"Agh"

Se agacho mientras que con sus dos manos se agarraba la herida.

El joven lo observaba mientras apuntaba de nuevo.

Azrael lo miro, pero esta vez, la mirada no era para nada de dolor...

>Sintió como su mente se nublaba, como algo mas fuerte que su voluntad tomaba el control de el, una sensación de estar quemándose por dentro, algo de...hambre y sed.

Azrael miro los restos del chico que yacían desparramados por toda la habitación, las paredes, antes azules, ahora eran escarlata.

Incluso un poco de sangre había alcanzado el lugar de reposo de el bebe.

Le presto atención un objeto a unos cuantos metros de sus pies: la cabeza.

La recogió mientras admiraba la expresión de terror de el chico, sus ojos habían permanecido abiertos y su boca también, como si hubiera querido gritar.

Ya había comido demasiada carne, pero le disgustaba ver que lo que le hacia falta iba a ser desperdiciado.

Lamió uno de los globos oculares y de repente, lo arranco, las venas, arterias y nervios fueron arrancados de cuajo. No se molesto en masticarlos, le gustaba la sensación cuando pasaban por su garganta.

Un chillido lo interrumpió.

Ahora estaba molesto, se acerco a la jaula y cargo al niño.

"Es una lastima que no supiste estar callado"

Lo dejo en el suelo.

El niño lo miro con ojos curiosos, unos que le recordaban bastante a el mismo, muchos años atrás.

La sensación volvía poco a poco, sonrió mientras mostraba sus colmillos.

"Parece que después de todo..si veras a tus padres pronto."

El sonido fue asqueroso, el brazo de Azrael perforo el cuerpo del niño sacando su corazón del otro lado, la sangre comenzó a derramarse por ese hueco.

El niño emitió unos cuantos suspiros pero después de unos segundos, dejo de hacerlo.

Azrael lamió el liquido que salia por al agujero, debía saciar su sed, de cualquier forma posible.

Entonces volvió a sentirse raro, su piel comenzaba a arder,¿pero porque?

Su cuerpo se calentaba, el dolor era insufrible, algo le estaba pasando, se sentía como si mil agujas al rojo vivo trataran de salir de su piel perforándola.

El sabor de su propia sangre lleno su paladar, sus colmillos se habían salido de sus vainas involuntariamente, cortando unas partes de las encías.

las venas negras de su ojo izquierdo comenzaron a surcar el mismo lado de su cara, su contacto ardía peor que el fuego.

Entonces vino lo peor.

Un crujido proveniente de su espalda, algo broto de ella, algo pesado y a la vez liviano, vio unas sombras moviéndose inquietas a través de la habitación que se dirigieron al cuerpo del niño, un poco de sangre la salpico en el rostro, antes de perder el conocimiento, le pareció que las quemaduras habían terminado.

Capitulo Siete: Assassin Owl. 

Fue el frió lo que lo despertó, otra vez.

Seguía en el mismo sitio donde se había desmayado, aun aturdido por lo anterior se levanto, se sentía raro, como si hubiera algo nuevo en el.

Claro ignorando el hecho de que ahora estaba lejos de ser un humano, aun con hambre, se dirigió hacia la sala, los dos cadáveres seguían ahí, aunque con ya marcados signos de haber empezado su descomposición.

Los miro largamente, pensando ligeramente en comérselos, pero desecho la idea, ¿que era ahora?¿un Gul?

Avanzo tranquilamente por el pasillo, mientras lo hacia, no pudo evitar mirar su atuendo, definitivamente no iba a salir así, el frió lo podía matar.

"Algo debe haber en esta casa que me sirva"

Reviso los habitaciones, todas desordenadas y sucias, no pudo reprimir un gesto de asco: odiaba a la gente poco pulcra.

Entonces bajo al sótano.

El olor nauseabundo de ese lugar lo obligo a usar el pañuelo ensangrentado que había tomado del piso antes de matar a la mujer como cubre bocas, era efectivo.

Sus ojos, fuera lo que fuera, ahora tenían mejor visión que la que el había tenido antes.

Sus pupilas se encendieron al localizar una mole negra en el extremo de la habitación subterránea.

Sus amplios conocimientos en novelas que había leído durante su estancia en el internado le habían dado bastantes ideas.

Sabia que los muebles de los sótanos siempre tenían secretos, se moría de curiosidad por ver lo que encontraba ahí.

Se acerco identificando en el acto lo que había: un baúl.

El candado se había oxidado y caído hace tiempo, sin esfuerzo alguno, abrió el cofre.

Una nube de polvo emergió de el, cosa que molesto a Azrael bastante, como había quedado claro, odiaba la suciedad.

Una vieja bufanda de tela negra fue lo primero que llamo su atención.

La anudo en su cuello, le recordaba bastante a la que el había usado.

Entonces descubrió algo mas.

Un enorme bulto de tela también negra en el fondo.

Intrigado, lo recogió, era un elegante abrigo negro, no parecía haber sufrido estragos del tiempo, satisfecho, se lo puso, mientras lo hacia, se sobresalto al advertir algo en la manga derecha del abrigo.

Era una banda roja con un circulo blanco en el centro y en el centro de ese circulo, se encontraba un símbolo que era imposible de confundir o no reconocer: una esvastica.

"Bueno, soy un asesino, supongo que no hay problema si uso la ropa que le perteneció a uno"

Era cierto, se miro al espejo, solo le faltaba la gorra y podía pasar como un oficial de los Tunttenkoff , reconocía ese traje perfectamente, pues había uno en el instituto también.

Con ese traje podía perfectamente protegerse del frió, se miro una vez mas al espejo, la mitad superior de su cara estaba cubierta por el pañuelo que le había servido como un improvisado cubre bocas y la bufanda, pero de la mitad superior, en ella aun podía ver sus dos ojos que le hacia lucir...

Tenia que cubrir eso, ¿pero con que?

La respuesta a su pregunta la encontró en un objeto tirado en la esquina de la habitación.

Se acerco despreocupadamente a recogerlo: unas gafas de nieve.

Era perfecto, cubierto de esa manera, salio a la calle.

La misma ventisca lo  recibió, pero esta vez, estaba preparado.

Avanzo tranquilamente por la calle, confiaba en que el fúnebre color de su atuendo le ayudara a pasar desapercibido por los demás.

Hoo

Azrael volteo hacia lo que había producido ese ruido.

En la rama de un abeto, un par de ojos amarillos lo miraban fijamente.

Hoo

"Un búho"

Sonrió para sus adentros, esas aves siempre le habían llamado la atención, entonces cayo en cuenta, esas gafas, ese atuendo, esa actitud.

Quedaban con el.

Bajo su pañuelo, su lengua se deslizo por sus dientes.

Tenia hambre, tenia Sed.

Y no iba a parar hasta saciarla, es mas, ahora sabia con que saciarla.

Avanzo entre la oscuridad fundiéndose en ella...

"Debieron dejarme solo"

Meses después...

Clara caminaba tranquilamente, o eso aparentaba, sabia que no era muy seguro estar afuera con todo ese asunto de los asesinatos.

Durante los meses anteriores, decenas de cuerpos habían aparecido en distintos puntos de la ciudad, los restos se encontraba en estado irreconocible, según el reporte de la policía, se trataba de una simple guerra de pandillas.

Pero con el tiempo, la intensidad de los asesinatos aumento y una oleada de rumores apareció, seguido por un torrente de noticias apócrifas, la mayoría publicadas en periódicos y revistas sensacionalistas.

Una misteriosa secta, una epidemia de canibalismo,etc, toda una sarta de tonterías, pero la mas ridícula de todas: un wampyr.

Como si eso pudiera existir.

Antes de que se diera cuenta, una sombra cayo sobre ella y la atravezo , se desplomo muerta al instante.

La figura desanudo su bufanda y bajo el pañuelo hasta su cuello, relamiéndose, se inclino para oler el aroma de la joven, sin previo aviso, lanzo un mordisco a su nuca.

Arranco el trozo de carne brutalmente salpicando sangre a su alrededor, para después masticarlo, el liquido rojo se derramaba de su boca mezclándose con su saliva.

¡Quieto!

Seguido por una detonación, Azrael sintió como la bala entraba por su costado esa sensacion era la misma que meses atrás, su cabeza dio un giro de 180 grados en dirección a su atacante.

"Hoo"

Se desvanecio entre las sombras, el policía estaba desconcertado,apuntaba en todas las direcciones, ahora estaba visiblemente asustado, sobretodo después de ver el cadáver.

"Hoo"

Antes de que pudiera voltear, sintió como algo afilado entraba por su cuerpo y comenzaba a separarlo.

"Splack"

Acompañado de un sonido asqueroso, el cuerpo se partió a la mitad, litros y litros de sangre caían al suelo acompañados de algunos órganos, la mayoría partidos por el golpe, de la mitad superior, solo quedo colgando el estomago, que ya tenia una fisura en su costado que comenzaba a abrirse, derramando ácidos gástricos.

Sin ponerle atención a eso, Azrael se inclino por segunda vez, saboreando el charco de sangre que se extendía a sus pies, aun no era suficiente, podía sentir en su interior como las venas , ahora color negro, ardían, pidiéndole mas, ansiaba comer, devorar, mas. Pero no era posible ahora, la muerte de ese policía solo atraería a mas gente, rechinando sus colmillos de rabia, se coloco la bufanda de nuevo, con cuidado, tratando de no cortarse con sus garras. Tomando impulso, salo hacia la pared del callejón, las garras metálicas se clavaron en las pocas hendiduras entre los ladrillos, sin esfuerzo alguno, comenzó a escalar.


[3]

Assassin Owl.

Una vez arriba, corrió por la azotea en dirección al otro edificio, antes de llegar al borde, salto. Aterrizo rodando y se preparo para volver a saltar, esa vez, había olvidado tomar un poco de impulso, porque casi no alcanzo, solo las garras le sirvieron para encaramarse al borde. Había llegado.

El lugar parecía estar bastante descuidado por fuera, pero por dentro, era un contraste, no había necesidad de luz, cosa que era bastante útil, algo cansado, se sentó en un sofá destartalado que los anteriores dueños, seguramente había olvidado tirar. Sonrió al recordarlo mientras se retiraba la capucha que cubría su cabeza, acto seguido, lo repitió con las gafas y el pañuelo, no había cambiado mucho, solo se había cortado el pelo, la epidermis color nieve sucia seguía ahí,  sus dos ojos aun seguían, con cuidado, paso su mano por el lugar que ahora ocupaba ese orbe negro en sustitución de su globo ocular izquierdo.

Después miro sus manos, con suma delicadeza, retiro los guantes, ver las afiladas puntas metálicas implantadas en ellos le divirtió, era una herramienta muy útil, no solo como arma primaria, también como defensa y herramienta para escalar,  las había hecho el mismo, con solo unas cuantas piezas de metal.

Algo mas calmado, se levanto en dirección a una caja de madera localizada en un rincón: un ataud.

Tomo el  libro que se encontraba en una mesa de ébano cercana a el, era u tomo encuadernado en piel color vino, la tapa rezaba Dracula, antes de dormir, leyó unos cuantos capítulos, le intrigaba bastante como el autor habia inventado esas cosas, se relamió al leer sobre las victimas y los asesinatos ocurridos en cada capitulo.

"¿Un Wampyr, eh?"

Capitulo Ocho: Investigación.

"Entonces, ¿la junta ha concluido?"

"Por supuesto que no, acaba de comenzar, tomen asiento"

La sala de juntas de el Cuartel de Policía de Rumanía estaba casi llena, desde los sargentos veteranos hasta los novatos, era una junta muy urgente.

Tras los gruesos cristales de sus gafas, Iosiff Krutchenko, se preparo para hablar.

"Como ya sabrán, esta el caso reciente, ya saben a lo que me refiero"-,ante la mirada se los presentes, siguió hablando,-"El Búho", como hemos decidido llamarlo, es un asesino serial, el que a estado causando estas masacres, los restos que se encuentran presentan lo siguiente: destripamientos, descuartizamiento, falta de órganos y de...carne"

"Naturalmente, se creyó que podía ser un animal, pero dada la inteligencia que presenta y  numerosas pruebas encontradas, esta claro que no lo es, pero lo preocupante es esto, el individuo presenta una tendencia al canibalismo, tenemos aquí hay un experto en el tema, el Profesor Peterson, de la Universidad Alexsylva"

Entro un hombre de unos 5 décadas de edad, el pelo castaño, ahora daba signos de encanecimiento, pero aun así, había algo en el que lo hacia lucir distinto.

"Doctor, le cedo la palabra"

"Gracias"-,Suspiro y abrio su maletin,-"El sujeto anormal #13, o como lo han llamado, "Buho", es un sujeto fascinante, segun todas las pruebas adquiridas con el paso del tiempo, es mas rapido que el promedio de las personas e incluso me atrevo a decir que el ser humano, su fuerza es exepcional, la agilidad que presenta es envidiable, pero lo mejor de todo, su inteligencia, es superior a la humana, pero tiene un factor en comun: su brutalidad".

"Esta excede por mucho a la de los peores asesinos seriales de la historia, sin mencionar, lo que seguramente practica: el canibalismo, este ha sido considerado desde siempre como el mayor crimen de la humanidad, sobre la captura y/o muerte de este indibiduo, lo encuentro muy dificil, las razones las he mencionado antes"

Se retiro.

"Se suspende esta sesion, vayan a tomar un descanso, que pronto sera la siguiente"

Siegrfried tomaba su cafe, tenia ganas de vomitar, sabia terrible, pero no podia quejarse, dentro de la sala, podia escuchar la conversacion entre el jefe del departamento y el profesor de la universidad.

"¿Que te ocurre?"

"Nada"-,contesto Siegfried, mientras bebia de su taza, estaba preocupado, en verdad, todos esos asesinatos no le traian muy buenos recuerdos.

"Si tienes algun problema, solo dimelo"

"Gracias, pero no -,dijo Siegfried retirandose, ya habia escuchado lo que queria escuchar.

"El  operativo sera mañana a las 6:00pm, todos, absolutamente todos estan obligados a asistir, vamos a exterminar al "Buho", cueste lo que cueste"

Esas habian sido las palabras del director.

Cansada, se dispuso a dormir, creia que asi, lograria calmarse, que equivocada estaba.

"Treinta años atras, risas en el internado, todos estaban alegres, salvo uno,aquel niño, el que  nunca sonreia, ¿cual era su nombre?,mas bien,¿cual habia sido?...

Entonces recordo, el puente, la noche, la puñalada...

Pero el no lo habia hecho, solo lo era un juego, un inocente juego, se lo habian pedido, ¿quien?, pues obviamente  el chico rubio,¿ Ivan?, si, habia sido el.

Pero cruzaron la linea, la varilla de hierro, el ojo izquierdo..."

Siegfried se levanto asustada, lo habia olvidado, ¿porque?,¿porque?

"Azrael.."

Se volvio a dormir, sin embargo, el fantasma del pasado no se iba a ir facilmente.

"Un lugar donde solo reina la oscuridad, no hay nada que no se pueda sentir que no sea el frio y el dolor, un lugar sin esperanza, un infierno sin fuego, ella estaba ahi, sola , no habia nada en ese lugar que no le aterrara, pues, em escencia, no habia nada.

"Era un eterno mundo en tinieblas, donde la sangre se tornaba del mismo color de su alma"

Siegfried avanzo entre las penumbras, la atmosfera estaba cargada de pura negatividad, como si no hubiera nada que esperar de ella, mucho menos esperanza.

"Era un eterno mundo de dolor, donde la carne se vuelve como la nieve, como los huesos"

Por un momento, sintio que habia algo a sus espaldas, pero no vio nada, o eso creia.

"Un lugar , una camara, una gigantezca maquina destinada para el mas vil de los propositos"

Tropezo con algo, al principio creyo que era una piedra,hasta que lo vio. 

"Un mecanismo hecho por los mismos  Ancestrales, herederos absolutos de los Arquitectos, quienes creen que el ciclo, debe detenerse"

Un par de cuencas vacias la observaban desde abajo esbozando una sonrisa que duraria por toda la eternidad. 

"Aquellos que entran ahi, jamas salen, hasta cumplir su proposito o encontrar la autentica luz" 

Asustada, siguio adelante, a cada paso que daba, mas se encontraba con ellos.

"Una vez que haya abandonado la luz, abandona a su vez el bien, su alma, su carne, ahora son solo un recipiente"

Algunos formaban autenticas montañas, pero ya no solo de craneos, costillas, vertebras, femures, toda clase se huesos se encontraban ahi.

"Pero, eso no significa que este completo"

Entonces lo vio, arriba de la mayor montaña, habia un trono, el mas macabro que uno se podia imaginar.

"Enormes dolores lo corroeran, le daran forma, la oscuridad se plasmara en su cuerpo y se fusionara con el"

Huesos humanos servian como postes, materiales extraños que se retorcian y burbujeaban lo cubria, como si la oscuridad fuera liquida, dos craneos desansaban como adorno.

"Las heridas terrenales son el foco de la infeccion, en ella entraran y cambiaran la forma"

Y en el, alguien descansaba.

"Su ojo, es el que ha visto el dolor existente, que ha perdido la esperanza, que ha abandonado la luz"

Un hombre joven, la ropa era un traje antiguo, de estilo victoriano, negro, como su alrededor, con encajes blancos,la poca piel que se le podia ver, era completamente palida.

"El niño sin alma, el paje de la oscuridad"

Una corona sangrienta adornaba su cabeza, el metal dorado que la formaba sangraba, igual que la cabeza,pues las espinas que brotaban de la  corona no eran flexibles, ni siquiera con su dueño.

"El principe del ojo negro"

Su cabeza estaba inclinada, como si estuviera reposando en silencio, como si estuviera aguantando estoicamente una inmensa agonia.

"El Rey de Un-Ojo"

Siegfried sintio como sus piernas se movian por si solas en direccion hacia aquel lugar, subio los peldaños negros y chorreantes en los que corrian venas rojas que se entrelazaban entre si en la montaña de cadaveres, como si nuevas formas de vida surgieran de la muerte.

Hasta que se encontro frente a frente con lo que no deseaba ver: la persona sentada en el lugubre trono, al que sin duda alguna, le habian dado el privilegio de gobernar esa vasta region fuera de la comprension humana, pero no entendio al ver y reconocer al que estaba ahi...   

El pelo, color azabache se agitaba con una invisible brisa, sobre el, yacia la corona dorada que lo marcaba como el rey del lugar,era un anillo de un tamaño considerable de la que se veian signos de ser completamente del preciado metal,gemas negras como el opalo se encontraban incrustadas en ella, pero lo mas llamativo eran las irregulares espinas que brotaban de su cuerpo, estas, se clavaban directamente en la piel de su portador, causandole minusculas heridas, de las que corrian hilillos de sangre,bajo la corona, vio, despues de tantos años, esa mirada, que parecia reprocharle todo lo que le habia pasado.

El ojo derecho ahora esbozaba una iris color carmesi que parecia relampagear, mientras que el izquierdo.

En el solo habia una cuenca vacia, un agujero que habia sido formado hace años, no se podia ver el fondo, pero si las venas negras y rojas que corrian bajo la piel.

De pronto, algo se agito en ese hueco, una luz surgio de el, aterrada, vio lo que se habia formado, una iris, del mismo color que la otra, se asomaba por el agujero.

La mirada heterocromatica de el anterior solitario y ahora, su pesadilla le hacia sentir muchas cosas, pena, compasion, tristeza, impotencia , intranquilidad, pero sobretodo, miedo.

Una sensacion se aglutinaba en torno suyo, sentia como si fuera tragada por un abismo infinito pero al mismo tiempo permaneciendo de pie, no entendia nada y tampoco tenia sentido tratar de entenderlo.

Miro otra vez a su anterior compañero de estudios, quien ahora, parecia mas una divinidad de la noche, sus ojos se encontraron con los de el, quien la veia con indiferencia, como si ella fuera otro de los cuerpos que adornaban ese lugar.

Otro craneo, otras costillas, otros litros de sangre que serian derramados y formarian parte de esas tuberias vivientes que recorrian las montañas de huesos, servir de alimento y material para construcciones organicas, solo herramientas, pues la piel, los huesos, los tejidos e incluso las celulas, ahora son voluntarias, se junatn entre ellos, como si de organismos macrofagos se trataran.

Pues todo eso, no es mas que parte de el tejido universal, biologico, fruto del el trabajo de los grandes Arquitectos, de quienes los Ancestrales ahora fungen como herederos de la Creacion.

Y el Vacio no esta exento a eso, pues no es mas que la proto-forma de el tejido, el canal secundario, la reserva.

Pero ella desconocia todo eso, era solo una humana, un acidente cosmico, a diferencia de sus otros hermanos, quienes no tuvieron la fortaleza de salir inmunes de la tragedia de hace eones.

Por eso, por carecer de conocimientos no destinados a ella, solo pudo seguir observando.

Sintio un roce en su pierna derecha, algo punzanta pasaba a su lado, despues de forzar la vista, logro verlo: un apendice negro cubierto de puas que surgia de la nada, se arqueaba con movimientos sumamente delicados.

De la gran nada que los rodeaba comenzaron a surgir distintas creaturas, al pricipio eran solo masa antropomorfas que se agitaban violentamente, pero despues se vieron mas cerca sus rasgos.

Eran cadaveres,  cada uno en su peor etapa de putrefaccion, pero no solo cosas que parecian humanas,  tambien masa amorfas que se dirigian hacia el trono.

"Las antiguas artes estan bajo su dominio, la Geomancia, Necromancia, Nigromancia y otras de menor rango estan bajo su control, son usadas para administrar la vasta  en la que es gobernante"

Siegfried entendio todo eso, no sabia como, pero lo hacia, como si una potente voz le dictara todo en su cabeza, pero aun asi, faltaba una cosa, algo que aun no estaba claro, o por lo menos para ella.

¿Que le sucedio?

¿Como habia terminado convertido en esa cosa?

"En el Pais de los ciegos, el Tuerto es el Rey"

Escucho detras de ella, desde el trono gastrico, el, Azrael, le estaba hablando...

Sus palabras eran vacias, dichas en un idioma perdido, incomprensible para ella, pero aun asi, noto que habia cierto gusto en ellas, como si fuera a disfrutar lo que seguia..."

Desperto bruscamente, habia dormido demasiado.

Ni siquiera se habia quitado su chaqueta policiaca,lo cual era una ventaja, penso luego de ver la hora.

Eran las 5:50, a 10 minutos para el inicio del operativo.

Salio lo mas rapido posible hacia la estacion,una multitud de policias se habia reunido ahi, se soprendio bastante al ver a un grupo de jovenes vestidos con uniformes blancos con rojo.

"Oficial Siegfried"-,escucho,-"La Universidad AlexSylva fue muy amable al enviar a uno de sus grupos de alumnos de elite"

No lo podia creer.

"Vamos oficial, nuestro objetivo no esta tan lejos como se pensó"

El trayecto en el auto de policía no fue nada largo, de hecho, la localización estaba ha solo unas cuantas cuadras de distancia: un edificio declarado en bancarrota, que el gobierno no había querido comprar ni vender, en resumen, un autentico desperdicio.

"Oficial, por su seguridad, no se exponga demasiado"-, escucho.

Solo para encontrarse con los ojos color miel de uno de los estudiantes, inexpresivos, calculadores, los ojos de una maquina.

"Estaré bien"

Capitulo Nueve: Lazos de Sangre.Editar sección

"Procedan con el Operativo"

La orden fue ejecutada casi al instante por sus subordinados, quienes empuñando pesados garrotes de hierro, lograron derribar la puerta, si es que a esa tabla enmohecida y carcomida por las termitas se le podía considerar una.

Lograron abrirse paso a través de los escombros que se encontraban en el pasillo principal cuya longitud era increíble, irrumpieron bruscamente en muchas de las habitaciones que se encontraban localizadas a los lados del pasillo.

Todas abandonadas y cubiertas de polvo, ninguna con algún objeto llamativo en su interior, a excepción de un taburete de madera cojo, que se derrumbo cuando Siegfred le dio una patada.

"Sigamos"-, escucho a sus espaldas, sin embargo, cuando salio al pasillo, se encontró sola, al parecer, se había distraído demasiado, pensó en que seguramente los demás habían seguido el pasillo así que si ella los imitaban no tardaría en encontrarlos.

Ajenos a la situación de Siegfried, un pequeño grupo de policías, seguidos por el contingente de "alumnos" de la Universidad, se encontraban en el segundo piso, buscando la ubicación de el asesino en masa y en opinión de la Universidad de Alexsylva, "Anormal".

Nada, no había ningún rastro de vida en la segunda planta.

"Es listo"-, sentencio el Jefe,-"Debió suponer que vendríamos por el y que los baños de sangre que ha ocasionado no están tan lejos de su guarida, la sangre lo cebo y se descuido, pero ahora que ya se ha dado cuenta, logro huir"

"No se ha ido"

Los demás voltearon en dirección al que había hablado, uno de los alumnos, el que parecía dirigirlos, un joven de pelo castaño, cuyo único rasgo destacable eran sus ojos amarillos, mas bien color miel.

"¿Porque lo crees Renko?"

El aludido solo señalo hacia la pared,-"¿No les parece extraño que de todo el edificio, lo unico que este limpio sea esa pared?"

"¿Que hay con eso?"

Renko chasqueo la boca, visiblemente decepcionado, ¿y estos eran los que alguna vez habian formado parte de su nacion?, estuvo tentado a decirlo en voz alta, pero se contuvo.

"Eso no es una pared"-, dijo con el enojo apenas contenido.

"¿Que?"

Antes de que pudieran hacer algo por evitarlo, Renko se dirigió hacia la pared a una velocidad sorprendente y descargo un golpe con la culata de su rifle.

La pared cedió como si estuviera hecha de papel y sostenida por postes de madera, Renko logro mantener el equilibrio antes de caer por el agujero que se había formado.

Se volteo para encarar los sorprendidos rostros de los oficiales y las inmutables caras de sus compañeros. se podia ver una expresion de indudable satisfaccion en su rostro.

"Ahora, solo falta entrar"

El agujero era casi un tunel, sin duda se trataba de un anterior refugio de los partisanos durante la Resistencia, lo que dejaba muy en claro la razon por la cual el "Buho" habia elegido este edificio como su refugio, si se escondia en un li¿ugar que habia permanecido ignorado por decadas, nada aseguraba que lo iban a encontrar, pensaba Renko, pero los calculos de la Universidad no fallaban, no podian fallar.

El grupo avanzo por el tunel, hasta llegar a lo que parecia ser el refugio.

Una gigantezca sala subterranea aparecio frente a ellos, submergida en pura penumbra.

"Vean si hay luces"

El grupo se repartio entre sus miembros, los policias por un lado y los estudiantes por otro, no habia ninguna señal de vida en el establecimiento.

"Craack" No hizo nada de falta otro sonido mas para que uno de ellos soltara su arma, que cayo directamente con las baldosas del suelo provocando un inmenso estrepito que el eco del lugar se encargo de propagar.

"Craack"

El sonido se repitio de nuevo, esta vez, en serie, disminuyendo y aumentando, repetidamente, describirlo era algo demasiado complicado para ellos, a quienes el miedo corroia por dentro.

Aun los alumnos de la Universidad parecian estar desconcertados ante lo que ocurria , uno de ellos saco de su uniforme algo parecido a un revolver, solo que de aspecto extravagante.

"Im..po..sible"

Antes de que se dieran cuenta, se habia desmayado.

"No nos dijeron que era un [Redactado]"-, dijo la unica mujer de ellos, quien se veia asustada, como si estuviera evocando un recuerdo lejano y terrible.

"El Consejo debio de tener sus razones para no decirlo"-, añadio otro mientras desenfundaba una especie de palo metalico y se colocaba detras de una columna.

"No creo que lo supieran"-, susurro otro mientras se agachaba para tomar el pulso del desmayado.

La mirada que Renko le dirigio le hizo temblar, los demas palidecieron, sabian muy bien que lo que habia dicho su compañero era algo increiblemente erroneo, considerando que su "lider" de escuadra era un colaborador cercano del Consejo.

El sonido regreso, esta vez con una intensidad mucho mayor.

"¿Sabe algo?"-, dijo el "medico" mientras se levantaba,-"Ya estoy harto de permanecer siempre como un.."

No alcanzo a terminar la frase, detras de el, la fuente de el sonido se revelo.No era nada normal ni siquiera sabina que era, su forma era demasiado extraña para identificarla, pero su apariencia, eso al menos podia tener una descripcion.

Un enorme tentaculo negruzco se alzaba frente a ellos, su aspera superficie se encontraba cubierta con numerosas puas, que se erizaron al detectar la presencia de los seres vivos.

"¿Pero que?"

El enorme apendice impacto contra el impidiendole terminar su oracion.

La sangre salió a borbotones por el horrido boquete que acababa de abrirse en el vientre del joven alumno, que nada pudo hacer por evitarlo.

Abrió la boca para tratar de decir unas últimas palabras, pero de ella solo surgieron unos cuantos chorros del líquido escarlata.

Una veloz sombra descargo un latigazo contra el suelo mientras se arqueaba lentamente, emitiendo ese crujido siniestro, una y otra vez.

“Craack”

Antes de que pudieran siquiera ver lo que se proponía a hacer, se disparó sobre ellos alcanzándolos por poco.

“¿Qué tipo es?”-, se escuchó preguntar a Renko, mientras desenfundaba su revolver con una mano y con la otra sostenía  con cierta dificultad el asa de una  maleta de aspecto metálico.

El policía que se encontraba a su lado lo miro desconcertado, pero antes de que pudiera preguntar a qué era lo que se refería el líder de los alumnos, uno de los enormes apéndices cayó sobre él aplastando su cráneo con facilidad y derribando el cuerpo.

El ruido y la visión del cráneo al romperse, semejante a la fragilidad de un cascaron de huevo les provoco un asco insuperable a los presentes, con la única excepción de Renko.El líder de la escuadra mandada por la Universidad veía el grotesco espectáculo que acontecía frente a sus ojos con un interés más allá de lo mórbido.

Pero la enferma expresión de morbosidad que tenía fue remplazada por una de preocupación al ver que otra figura aparecía de entre las sombras.

Justo detrás de la anterior, que se encontraba clavada entre los restos de la calavera destrozada del hombre.

Sin previo aviso, se lanzó contra la espalda del cadáver atravesándolo completamente y clavándolo al suelo.

La carne no pudo ofrecer resistencia al ímpetu de aquel apéndice inhumano que ya se encontraba desgarrando el cuerpo desde su interior.

Las numerosas espinas que permanecían lo más posible pegadas al tentáculo, se desplegaron lentamente como si tuvieran vida propia.

Docenas de ellas, de aspecto increíblemente afilado surgieron del apéndice moviéndose en dirección hacia la carne y abriendo más heridas.

Aquella macabra visión basto para que uno de los alumnos recordara el nombre dado a esa clase de tipos de Colectivos, de los cuales, había clases, divisiones y tanto más.

“Es un tipo Vampiro”

Sentencio el alumno mientras  trataba de mantener fija su arma en dirección al enorme tentáculo negro que se estaba saciando con la sangre del cadáver.

Recordó, para tratar de tranquilizarse, todas las veces en las que había tenido que disparar, como nunca se había sentido afectado, sabía que podía hacerlo, además, las probabilidades de una promoción no sonaban nada mal.

Inconscientemente, dio un paso hacia delante sin dejar de apuntar con su revólver.

Renko vio lo que se proponía a hacer, lo que le dio otro arranque de ira, ¿acaso era posible tanta estupidez?

“Idiota, no lo intentes solo”

El otro se volteo por unos segundos para encarar a su superior, craso error.

Esos segundos fueron más que suficientes para que  un tercer tentáculo, oculto entre las sombras y completamente erizado de púas lo embistiera por el frente.

La punta emergió por la espalda completamente color escarlata, mientras que las espinas, al notar la proximidad de sangre, se alargaron dentro del cuerpo empalándolo desde adentro por distintos puntos.

El alumno grito al sentir, pues muerto aún no estaba, como sus entrañas eran destrozadas internamente por el sediento tentáculo de naturaleza vampírica, que, haciendo uso de sus púas retractiles y tan puntiagudas como una aguja, se encargaba de sorber los tejidos internos que ya habían sucumbido al proceso de “licuación” que le infligía el tentáculo espinoso.

Una serie de disparos se escucharon a la distancia, Renko y el resto de sus subordinados voltearon para ver como un cuarto tentáculo serpenteaba por el aire, mientras que un grupo de policías, con el director a la cabeza  le disparaba sin ningún acierto.

El escuadrón de alumnos con Renko a la cabeza se dirigieron dispuestos a ser de ayuda, pero solo vieron como el tentáculo, al parecer cansado de evadir los tiros, golpeaba al primer grupo barriéndolos en línea, infligiendo con sus púas, numerosas mutilaciones.

Haciendo un esfuerzo sobrehumano, el director y unos cuantos de sus hombres, en un estado un tanto deprimente, lograron levantarse, aun blandiendo sus armas.

“Craack”

El sonido se repitió, pero con una intensidad mucho mayor a las veces anteriores, deslizándose por el aire, los cuatro tentáculos se alinearon frente a los dos grupos, al parecer, revelando la fuente de la que procedían.

El lúgubre color de sus cuerpos había cambiado ligeramente, ahora con una tonalidad medio carmesí, obviamente producto de la masacra dada a ellos.

Su aspecto de enormes serpientes escamosas, cubiertas en su totalidad por hileras y hileras de espinas inclinadas, al parecer en un estado de descanso, era verdaderamente diabólico.

Pero en comparación con la delgadez que habían mostrado en un principio, había cambiado ligeramente, al parecer, la negra carne, si es que eso era carne, se había hinchado aún más, como si llevara algo dentro.

“Los Colectivo tipo vampiro son increíblemente desagradables”-, empezó a hablar Renko,-“Su propósito es absolutamente grotesco, es el de alimentar a su portador por otro tipo de vía, de ahí las espinas que se alargan en los tentáculos, pueden fungir como el aguijón de un mosquito, absorben cualquier fluido biológico y lo guardan dentro del Colectivo, que a su vez lo transporta a través de un canal circulatorio directamente a los órganos del portador”

“¿Y el portador seria..?”

El policía no logro terminar la pregunta, pues unos ruidos diferentes se oyeron frente a ellos.

Los cuatro tentáculos parecieron contraerse poco a poco, como si la oscuridad se los tragara, lentamente, de entre las sombras, una figura encorvada se revelo.

El manto negro que lo cubría hacia difícil apreciar su forma completa, su pelo, del mismo lúgubre tono, decorado con unas cuantas manchas carmesí tampoco ayudaba mucho, su piel, en contraste absoluto con su alrededor era increíblemente pálida, o mejor dicho, esa palabra ya no bastaba para definirla. 

El pelo, del mismo color del alada del cuervo, en contraste absoluto con su piel, lacio y desordenado, ya que un mechon le cubria ambos ojos, que en un pequeño impulso, fueron revelados.

El hueco oscuro del izquierdo y el carmesí radiante del derecho se mostraron ante los aterrados hombres que creian encontrarse frente a un demonio.

Sin perdida alguna de tiempo,  Renko abrio su maletin y extrajo un objeto conico.

"Muevanse"-,grito mientras empuñaba el extraño objeto del que broto una enorme masa carnosa.

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